De origen aymara, Bartolina Sisa nació el 12 de agosto de 1750. Fue hija de José Sisa y Josefa Vargas, originarios del Alto Perú, que vivían del comercio de la coca de los Yungas y de la tela o bayeta de la tierra.

Durante sus viajes por muchas ciudades, pueblos, comunidades, minas, cocales, Bartolina Sisa Vargas conoció la realidad en la que vivían los pueblos andinos. Es así que observó el sometimiento, la explotación, las ofensas y el abuso que sufrían sus hermanos indígenas por parte de las autoridades, los blancos españoles.

Julián Apaza, que luego se convertiría en el esposo de Bartolina Sisa, también fue parte del comercio de la coca, luego de estar dos años en el trabajo forzado en la mita en las minas de Oruro. En uno de sus tantos viajes y frecuentando los mismos lugares, se conoce con Bartolina Sisa.

Al enterarse Julián Apaza de los levantamientos y de las posteriores ejecuciones de los hermanos Katari en Chayanta (Potosí), y de José Gabriel Túpac Amaru, en Tinta, decide tomar un nombre de guerra y se hace llamar Túpac Katari. En marzo de 1781 comienza el levantamiento en Ayo Ayo. La táctica de lucha era el cerco y reúne 40.000 hombres para sitiar la ciudad de La Paz. En julio, el número de insurgentes se duplicó. Los principales cercos estaban en El Alto y Pampahasi comandados por Túpac Katari y Bartolina Sisa, respectivamente. Los primeros asaltos causaron enfrentamientos entre el ejército español y el indígena.

Se habían cumplido 109 días del cerco Katarista cuando el 10 de julio de 1781, los españoles recibieron refuerzos desde la ciudad de Charcas. De esa manera, Túpac Katari fue obligado a replegarse y en esta acción se produce la captura de Bartolina Sisa, cuando la comandanta se dirigía al campamento de Pampajasi, sus mismos acompañantes la traicionan y la entregaron al cruel Flores quien la condujo presa a la ciudad de La Paz. Segurola la encerró encadenada en la peor de las celdas.

Los españoles torturaron a Bartolina Sisa y le dan el peor de los tratos, pero la mantienen con vida esperando usarla como un cebo para capturar a Katari. Sin embargo, Túpac Katari no cae en la trampa y envía a dos mensajeros para que entreguen alimentos, coca y oro a Bartolina. Fue durante el segundo cerco cuando Túpac Katari intentó liberar a Bartolina a través de varios intentos, tanto bélicos como pacíficos. Ofreció intercambiar a Sisa con el cura Vicente Rojas e incluso con él mismo.

Los intentos de liberar a Bartolina fueron infructuosos y, ante la llegada de refuerzos españoles, el mismo Katari es sometido; para finalmente un 14 de noviembre, Bartolina Sisa fue obligada a presenciar el descuartizamiento público de Túpac Katari en la plaza de Peñas.

Después de casi un año de encierro, al amanecer del 5 de septiembre de 1782, el oidor Tadeo Diez de Medina pronunció la sentencia de muerte, condenándola a ser sacada a la plaza mayor atada a la cola de un caballo y arrastrada hasta morir cruelmente.

Es así que, “El Día Internacional de la Mujer Indígena” fue instituido por el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América en Tihuanacu (Bolivia), en honor a la lucha de Bartolina Sisa.

En honor a esta heroína, en la región de Puno existen gremios, organizaciones que llevan ese nombre, uno de estas es la Organización de Mujeres Aymaras “Bartolina Sisa” de la provincia de Chucuito Juli, con quienes venimos trabajando la Escuela Comunitaria.

De esta forma, queremos recordar y saludar la lucha de la resistencia de Bartolina Sisa junto a Túpac Katari, personajes que, con su valentía y luchas, defendieron a los suyos de las injusticias en aquella época. Así, hoy 5 de setiembre, desde el Programa Culturas Andinas y Género, recordamos a esas mujeres inspiradoras que luchan por los derechos de sus pueblos, son transmisoras de un valioso legado cultural y social, y que están en un constante desarrollo de capacidades de liderazgo colectivos. Ellas también son defensoras de los derechos fundamentales que nos asisten como pueblos originarios.

¡Jallalla mujeres luchadoras! ¡Jallalla Bartolinas! ¡Kawsachun markanakasa!