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Simón Pedro Arnold: “La cultura andina es una cultura de resistencia”

adminsistemas | Noticias - 9 Agosto, 2015
Simón Pedro Arnold: “La cultura andina es una cultura de resistencia”

Habla claro. Uno de los referentes intelectuales de la región altiplánica, pese a su origen belga, es el padre Simón Pedro Arnold. Él, en esta entrevista, nos da luces sobre su pensamiento y lo que considera el futuro de la cultura andina.

Padre, ¿qué es lo andino?
No se puede hablar de una cultura sin pasar por la gente; entonces lo andino sería la gente. Yo creo que si la gente es lo andino, entonces lo andino también tiene que ver con esta pluralidad. Hay pluralidad de andinos y de andinidad, y hay evolución; no podemos decir que la ciudad no es andina, que la gran ciudad de Juliaca no sea andina: es tan andina como el campo o quizá más. Lo importante es ver cuál es su utopía, lo andino es una utopía de gente que evoluciona.

¿Cuál es esa utopía?
Justamente ése es el problema fundamental, porque la utopía tiene un carácter ético y espiritual, que es el elemento de cohesión y de identidad del grupo de una cultura; y lo que siento es que en este momento el referente ético espiritual está tambaleando en una cultura de redes, lo que se llama una cultura tribal; por lo tanto, me parece que lo que va cohesionando la cultura andina, lo andino, se está desmoronando; elementos fundamentales de esa ética, el espacio sexual, el espacio político, el espacio económico, que son realmente pilares de una cultura, están completamente desfigurados en este momento en la realidad andina. Lo andino es la gente en su evolución, en su pluralidad; podríamos decir que hay como un elemento esencial pero imponderable también, que es el sentir. Yo creo que lo andino es cuando alguien dice que es andino, que se siente andino, y ese sentir andino no es solo anecdótico; yo como chuño, yo bailo tal cosa o me gusta el huayño, eso es anecdótico; pero cuando el sentir es lo que a uno finalmente lo hace sentir o lo hace esperar o lo hace imaginar, quizá ese es el elemento más importante.

¿Entonces la cultura andina estaría en declive?
Yo no utilizaría estos términos. Creo que la cultura andina, por lo menos la colonial (porque todavía estamos en la cultura colonial), más bien se caracteriza por la resistencia. Entonces no es una cultura que ha subido y bajado, es una cultura que ha resistido.

Pero, ¿se ha desdibujado?
No está desapareciendo, se está reconfigurando, pero en la medida en que la nueva cultura lo permite y favorece a esta expresión plural de lo andino y de otras cosas más, de montones de otras cosas más. Lo andino no está desapareciendo, está -al contrario- afirmándose en ese nicho virtual del que estábamos hablando. Lo andino nunca ha sido tan conocido ni tan popular ni tan valorado como ahora; pero, en la medida que va perdiendo sus pilares, ¿de qué andino estamos hablando? Lo que se está desvirtuando son los fundamentos ético espirituales y no así el sentir. Me pregunto si el auge actual del interés por lo andino, en particular a través del modelo boliviano, no nos hace correr el riesgo de perder lo que llamaría el “alma de lo andino”, que es la resistencia justamente.

¿En 50 o 100 años, lo andino sobrevivirá como cultura?
Eso hay que situarlo en el contexto global.

¿Cómo cree que será el futuro?
Yo pienso que el modelo económico llegará a su fin. Está provocando desastres tales que se va a autodestruir. Y creo que temas como la migración al norte a Europa o a Estados Unidos, por ejemplo, son indicios de que el sistema ya llegó a su tope; entonces, si el modelo global, económico global, que es aparentemente omnipotente e invencible, aun ahora que el sistema socialista ha desaparecido, si no es precisamente el momento en que el discurso identitario cultural puede tumbar esto, como citaba el papa en Bolivia (que realmente ha dicho cosas que nadie esperaba) que dijo que esto se acabó, hablando del sistema económico, tiene que terminar y punto; entonces, si realmente colapsa el sistema, no por impotencia sino por los daños que provoca, sí hay una opción por todas las culturas, no solamente por la andina (y quizás hay ahí una ilusión en el mundo actualmente, que es creer que el mundo andino sería hegemónico de nuevo).

¿Cuál ha sido el papel de la iglesia de la teología andina para construir la cultura?
La iglesia colonial fue una iglesia importada con el modelo colonial, para legitimar y hacer más o menos tolerable la vida, pero la primera iglesia que vino acá destruyó mucho. Lo impresionante es que muy pronto surgen críticas al interior de la iglesia, de gente que critica la práctica de la iglesia sin nunca poner en tela de juicio su legitimidad. Después de eso, yo creo que si pensamos con la teología de la liberación… la teología de la liberación propone una alternativa social-política a la injusticia, a la opresión. Después ha habido la inculturación; yo sí creo que la iglesia del sur andino ha sido paternalista, que quería ser solo buena con la gente y, por lo tanto, ha acogido y tratado de entender, etc., sin poner en tela de juicio su legitimidad. Lo que pasa hoy es que buena gente estamos poniendo en tela de juicio nuestra legitimidad y nuestro discurso… porque la evolución de la sociedad y del mundo andino nos pone en tela de juicio y entonces yo siento que el trabajo teológico que estoy haciendo, que otros están haciendo en este momento, es justamente replantear si tenemos derecho de hablar en nombre de los demás. En la medida que pongan en tela de juicio nuestra legitimidad, en este mundo andino, puede surgir otro discurso entre miles de otros discursos; se acabó el monopolio, eso es lo que cierto sector de la iglesia no se dio cuenta, si hablamos de algunos sectores conservadores. Estamos pasando ahora, en la teología andina, a otro momento: el de cuestionar nuestra legitimidad de 500 años, cosa que nunca se ha hecho.

Fuente: Diario Los Andes

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