En contexto como el maestro, la familia campesina se construye y relaciona de manera particular, no se reduce a la familia nuclear a la familia típica de padre, madre, hijos sino también a otros miembros como abuelos, tíos, parientes consanguíneos o por afinidad; son quienes van entretejiendo una red de relaciones en torno a la reproducción social y económica de la familia, la comunidad y el mundo andino.
Finalmente, tenemos a la mayoría de instituciones para quienes la mujer construye un elemento importante en tanto es miembro de la comunidad, parcialidad, barrio el fortalecimiento de su organización permite abordar aspectos que pueden darse.
En esta ocasión en torno al género la transmisión de generación en generación que las mujeres indígenas y hombres conocen y usan las plantas. Sin embargo lo hacen de un modo distinto, las mujeres del campo tienen un amplio conocimiento sobre las propiedades y su uso de las plantas con fines medicinales, los hombres del campo en cambio se especializan sobre todo en el uso de plantas asociadas al poder.
Las mujeres del campo tienen un amplio conocimiento sobre las técnicas terapéuticas, son grandes curanderas y parteras sus prácticas médicas responden a los diferentes ciclos de vida de las mujeres, ella conocen plantas asociadas a la fertilidad durante el embarazo, el parto, el posparto, en la menopausia y en los rituales funerarios, también se responsabilizan del manejo de las plantas alimenticias como por ejemplo el olluco, el tallo de la quinua, las mujeres de la tercera edad- ancianas juegan un papel muy importante como guardianas y transmisoras del conocimiento. En muchas ocasiones su voz y experiencia no son evidentes en las comunidades y su sabiduría se expresa junto a la de su esposo que en muchas ocasiones es un médico tradicional o maestro curandero.
El hombre del campo por su parte maneja las plantas asociadas al poder espiritual y político, las plantas son el vínculo con lo sagrado, es a su vez de ellas que ejercen su medicina para curar las dolencias del cuerpo, del espíritu y del territorio.
Las diferencias en los conocimientos y usos de los hombres y mujeres del campo sobre plantas medicinales son positivas salvo cuando estos conocimientos son valorados de manera distinta y desigual (en las)o por las instituciones y organizaciones que trabajan junto a los pueblos indígenas, por el contrario, el reconocimiento equitativo de la sabiduría, experiencia y aportes de ambos hombres y mujeres, al bienestar de sus familias y comunidades es una estrategia fundamental para promover una mayor equidad.
Las dimensiones de género y ética adquieren cada vez mayor relevancia para comprender las relaciones entre hombres y mujeres en espacios multiculturales.
Partimos sosteniendo que el género es un principio organizativo fundamental de la vida de las comunidades quechua y aymaras del Altiplano Peruano y para demostrarlo se entregan antecedentes sobre las ideas de lo femenino y lo masculino, del ser mujer y ser hombre y sus vinculaciones con las prácticas sociales en las comunidades de distrito de Paucarcolla, Atuncolla, Acora, Capachica, Huata, Coata, etc. La posición de género en la organización social, para comprender las categorías sociales hombres- mujeres y sus relaciones se deben tener en cuenta factores como la edad y los roles sociales, asimismo la merecida económica.
El análisis de las divinidades y sus relaciones dan cuenta de jerarquía no solo entre entidades de un mismo sexo-genero, sino especialmente entre masculino y femenino, dios, inti, pachamama son los que lideran, siendo lo masculino el termino de mayor prestigio, siempre se le nombra en el primero y su posición geográfica y ritual ocupa un lugar más preciado arriba y a la derecha; tanto seres masculinos como femeninos ejercen poder sobre otros de menos jerarquía de genero homologo o no. El hecho de que existe la posibilidad que una deidad sea hombre o mujer al mismo tiempo.
Los temas de género y su vinculación con la medicina tradicional es muy importante las transmisiones de generación en generación, donde personalmente este aspecto está al margen de las políticas culturales, ese debe tomar en cuenta estos aspectos para revalorar los aspectos importantes de los saberes ancestrales que son expresiones del patrimonio cultural inmaterial.
El patrimonio cultural inmaterial está conformado por las tradiciones, costumbres y expresiones vivas que una colectividad ha heredado de sus antepasados y considera como representativas de su cultural, historia e identidad; Las danzas, las fiestas, la artesanía, la medicina, la culinaria son algunas de sus manifestaciones más difundidas pero también se incluyen otras menos conocidas e iguales de valiosos como la medicina tradicional, los ritos de origen ancestral, las tradiciones orales e incluso el uso y significado de ciertos objetos como instrumentos musicales o prendas de vestir en un país como Perú, principalmente la Región Puno; cuya herencia histórica se ve reflejada día a día en diversas prácticas sociales y artísticas, todo pueblo o grupo social goza de una expresión de esta naturaleza.
Conclusiones:
* Sergio Medina Ticona, participante del Curso de Postgrado en Diálogo Intercultural, coorganizado por el Instituto de Estudios de las Culturas Andinas (IDECA) y la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno (DDC), con el auspicio de la Escuela de Postgrado de la Universidad Católica de Santa María de Arequipa (UCSM).