+51 51 205547 +51 51 357415

instituto de estudios de las culturas andinas

Noticias

La cuarentena y el enfoque intercultural

ideca | Noticias - 29 Abril, 2020
La cuarentena y el enfoque intercultural

Rondas Campesinas controlan una vía de acceso para protegerse del COVID-19 en las comunidades campesinas del distrito de Orurillo en Puno (Foto: Municipalidad Distrital de Orurillo)

En casos de emergencia, como sucede con esta pandemia del COVID-19, sería crucial que toda la población cuente con información necesaria y culturalmente pertinente, pero se nota claramente el fracaso del enfoque intercultural.

Por Martín Wanner*

Desde el día 16 de marzo, todo el Perú está en Estado de Emergencia y en cuarentena obligatoria, con varias restricciones. Todos lo conocemos de experiencia propia. Pero como el país es muy diverso, esas medidas afectan a las personas de maneras muy distintas. En este artículo se quiere visibilizar un poco más la situación desde las comunidades campesinas del Sur Andino, que están lejos de la capital Lima (y eso no solamente en el sentido geográfico) y que viven en otra realidad.

Una de las medidas más fuertes de este Estado de Emergencia es la cuarentena obligatoria, que prohíbe salir de la casa sino es para actividades bien definidas, como por ejemplo ir de compras o ir al hospital. Pero esta medida no está tomando en cuenta que justo en estas semanas es temporada para cosechar quinua, papa, oca, habas y muchos otros productos agrícolas. Si no se recoge la cosecha ahora, gran parte se va a malograr; lo que afecta no solamente a los mismos campesinos que pierden una parte importante de su alimentación para todo el año y para la venta, sino también a las ciudades aledañas, que se abastecen de estos productos. La cosecha es, igual que la siembra, un trabajo comunal que se realiza en grupos más o menos grandes, apoyándose los unos a los otros.  Pero también en la ganadería es necesario trasladarse de las zonas bajas a las zonas altas y viceversa. Y bueno, todo eso choca fuertemente con las restricciones de la cuarentena. Algunos miembros de las fuerzas del orden entienden la situación y no siempre toman las medidas al pie de la letra – en estos casos particulares –, otros no ven la lógica y prohíben a los campesinos ir a trabajar en sus chacras, les detienen, etc.

Otro elemento importante es el factor cultural, que en el caso reciente del distrito aymara de Zepita ha causado fuertes debates. Dos jóvenes de Lima llegaron, en plena cuarentena, a una comunidad campesina al entierro de su padre, un exteniente de este mismo lugar. Los jóvenes estaban en cuarentena, pero al final, el duelo era más fuerte y decidieron participar en la ceremonia. Como es costumbre en la cultura aymara, era un ritual bastante grande, incluyendo a toda la comunidad y también gente de otras comunidades, que culminaba con un compartir de comidas y bebidas. Poco tiempo después, las pruebas rápidas que se ha tomado a los dos jóvenes resultaron positivas al COVID-19. Ahí se armó el escándalo: ¿Cómo es posible que en plena cuarentena haya un acontecimiento con cientos de pobladores participando? ¿Cómo puede ser que personas de Lima puedan pasar todos los controles y llegar hasta el distrito? etc. etc. Sin embargo, la prueba molecular resultó negativa, pero permanecen las preguntas abiertas. Hay que entender que un entierro es un acontecimiento muy importante para una comunidad, donde todo el mundo desea rendir homenaje al muerto, más aún si la persona fallecida era una autoridad bastante reconocida. De igual manera es clave el elemento del compartir, para renovar y reafirmar la colectividad dentro de la comunidad. Y esto igual choca fuertemente con las medidas de cuarentena, que no toman en cuenta estas particularidades culturales.

Un tercer elemento que me gustaría resaltar es la falta de conocimiento y entendimiento de la realidad en las zonas rurales. Las medidas de protección frente al COVID-19 se definen en Lima, sin tomar en cuenta las realidades de otras zonas del país. Incluso no son pertinentes para los barrios periféricos de la misma capital. Por ejemplo el mensaje central de la campaña informativa del Gobierno Central dice que hay que lavarse las manos con abundante agua y jabón. ¿Pero qué pueden hacer las personas cuyo acceso al agua y otros servicios básicos es bastante limitado? Otro mensaje es el uso obligatorio de mascarillas, sino se paga una multa. ¿De dónde van a conseguir mascarillas las personas que viven en comunidades remotas, si solo se pueden adquirir en las ciudades? Durante toda la Emergencia Sanitaria, la campaña emprendida por el Gobierno en lenguas originarias presentó algunas limitaciones: por ser poco comprensible para esas poblaciones y por no contar con una cobertura amplia en los medios de comunicación. Por esta razón, personas que no dominan el español seguían haciendo sus cosas como antes, porque debido a estas falencias comunicativas, no se habían enterado adecuadamente de los peligros.

La medicina natural es otro aspecto que no es tomado en cuenta por el Estado. Es cierto que esta, por lo menos hasta el momento, tampoco puede ofrecer una cura para el coronavirus, pero igual que la medicina occidental puede aliviar los síntomas. En la ciudad de Puno y otras ciudades andinas, mucha gente está comprando eucalipto, que resultó como buen remedio, sea como infusión o quemándolo para sahumar las casas. Los pueblos originarios tienen un conocimiento amplio sobre los beneficios de plantas medicinales que pueden servir también en estas situaciones de crisis sanitaria.

Eso son solamente algunos ejemplos de la coyuntura que demuestran que la interculturalidad sigue siendo un constructo teórico, que poco tiene que ver con la práctica en el país. En casos de emergencia, como sucede con esta pandemia del COVID-19, sería crucial que toda la población cuente con información necesaria y culturalmente pertinente, pero se nota claramente el fracaso del enfoque intercultural. Frente a esta situación, muchas comunidades campesinas han tomado la batuta, han decidido implementar reglas y medidas internas para sus territorios (por ejemplo horarios para trabajar en las chacras), utilizando sus propias instituciones, como Tenientes Gobernadores, Rondas Campesinas, etc., para vigilar sobre la implementación y el cumplimiento de las medidas de protección frente al COVID-19. Muchas comunidades campesinas en la región de Puno también optaron por cerrar sus fronteras y por no permitir el acceso de personas extrañas, en coordinación y colaboración con las fuerzas del orden del Estado. Y antes de eso, las comunidades se organizaron para mandar productos de primera necesidad a las zonas de la costa, adonde han migrado sus familiares; por un lado, para ayudarles contra el desabastecimiento, y por otro, para evitar que ellos tengan la necesidad de volver a su tierra, en el peor de los casos trayendo el virus a las comunidades campesinas.

Se puede confirmar que en muchos casos, esta vigilancia del cumplimiento de las medidas de manera coordinada entre las autoridades comunales y las fuerzas del orden del Estado resulta mucho más efectiva, porque es más pertinente a la lógica y la realidad de las comunidades. Eso hace resaltar la importancia de tomar en serio la interculturalidad también en la práctica y no solamente en el discurso.

_____

*Bachiller en Traducción (alemán, castellano, inglés) por la Universidad de Ciencias Aplicadas en Winterthur, Suiza. Maestría en Ciencias Europeas por la Universidad de Friburgo, Suiza. Cooperante de COMUNDO, una ONG suiza que se dedica a la cooperación para el desarrollo a través del intercambio de personas. Actualmente trabajando en el Programa Pueblos Originarios y Medio Ambiente del Instituto de Estudios de las Culturas Andinas.
Etiquetas Sin Etiquetas
Ver mas »