Las mujeres en el altiplano peruano –y del mundo–, construyen eslabones de valores que muchas veces no se ven visibilizados y reconocidos en los contextos socioculturales y políticos de estos últimos tiempos.

El Secretario General de las Naciones Unidas, exhortó a los países a que adopten medidas para garantizar que las mujeres y las niñas gocen plenamente de sus derechos humanos. Entre ellos figuran el derecho a la tierra y la seguridad de la tenencia de la tierra, el derecho a una alimentación y una nutrición adecuada, el derecho a vivir libres de toda forma de violencia, discriminación y prácticas nocivas, el derecho al más alto nivel posible de salud, incluida la salud sexual y reproductiva, y el derecho a la educación de calidad, asequible y accesible durante toda la vida.

La mujer rural cumple un rol muy importante en la comunidad, porque los trabajos agrícolas, ganaderos, pesqueros, etc, tienen un pasado agitado. La mano de obra de las mujeres rurales no se ve reflejado en los grandes mercados o supermercados de ciudades considerables, esos alimentos que se ofrecen a la población tienen un duro trabajo por detrás, para alimentar al mundo entero o a sus propias comunidades y familias. Por ello, estas actividades son para sustentar la pobreza que se refleja en el mundo rural y a la vez ayudan a preservar los alimentos para las futuras generaciones de sus comunidades. Tienen también que enfrentar al fenómeno mundial que preocupa a todos: “La contaminación medioambiental”

La contaminación medioambiental es uno de los fenómenos más aterradores de la historia del mundo, puesto que sus consecuencias están visibilizándose ahora en muchos países del mundo. Los fenómenos naturales son causa del ser humano y su mala administración. Por ello, es necesario mencionar que la contaminación afecta de manera directa la administración propia de los recursos naturales de las mujeres rurales.

Las mujeres rurales del sur del Perú, específicamente de Puno, tienen roles muy importantes que cumplir dentro de la familia y de su propia comunidad, puesto que el verdadero trabajo que ellas hacen día a día están reflejados en el cuidado de su medio natural, la educación dentro de la familia, las obligaciones en el hogar, el trabajo para el sustento económico y luchar por la igualdad de género en todos los niveles de la sociedad peruana y mundial.

Es un esfuerzo enorme que hay que reconocer en este día internacional de la mujer rural, y valorar el trabajo que cumplen dentro de la familia y la comunidad. Las mujeres rurales son el sustento ético-cultural para viabilizar una sociedad justa y equitativa en estos momentos de la historial mundial. ¡Feliz día de las mujeres rurales a nivel nacional y mundial!

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* Adrian Nina Anahua, es estudiante del último ciclo de la Escuela Profesional de Antropología de la Universidad Nacional del Altiplano – Puno, e integrante del Programa de Culturas Andinas y Género del Instituto de Estudios de las Culturas Andinas (IDECA Perú).